Las obras cómicas están presentes en el programa del Festival Cultural Revueltas, la Compañía Nacional de Teatro Clásico “Fénix Novohispano” trajo “Entremeses Cervantinos” en el Corredor Constitución, bajo la dirección de Francisco Hernández.
Los Entremeses Cervantinos son obras cómicas que se representaban en medio de las grandes comedias o tragedias del teatro barroco o del Siglo de Oro. Con "El retablo de las maravillas" y "La guarda cuidadosa" el público se relajó y disfrutó al máximo.
Los actores que protagonizaron son: Wlises Méndoza, (tranzaderas, el amo, el gobernador); Iván Martínez (el soldado, chanfalla); Carlo Zarza (Sacristán, El zapatero, El alcalde Juan Castrado); Jéssica Gámez (Mozo, Señora, Rabelín, Furrier); Daniela Pérez Acosta (Cristina, Chirinos); Ángel Lara (Don Quijote) y Luis de León (Sancho Panza).
"El retablo de las maravillas", contiene una impregnación política y cuenta la destreza con la que el comediante Chanfalla convence a gente notable de Castilla que en un escenario vacío se presentará un gran espectáculo pero sólo aquellos. Todos en el público temen ser expuestos de no poseer sangre pura y es por ello que muchos de éstos fingen ver aquello que no creen o no ven…
Esta propuesta visual recrea el teatro que se representaba en el México de la Nueva España. Es un viaje a través del tiempo que ofrece la posibilidad de admirar el vestuario de aquella época, así como las similitudes que aún hay en cuanto a costumbres y algunas formas de pensamiento.
“La guardia cuidadosa” trata de un soldado desocupado, monta guardia frente a la casa donde sirve Cristina, con la intención de hacerla su esposa; pero ha de competir con otro aspirante, el sacristán Lorenzo Pasillas. Cuando el pleito amenaza con volverse combate, aparece la razón encarnada en el amo de Cristina que confiere a ésta la oportunidad de elegir entre los galanes y decidir sobre su futuro.
El público de la tierra de los Revueltas disfrutó de estos “Entremeses Cervantinos” escritos por el dramaturgo español, que aunque se publicaron en Madrid en 1608, su irreverencia resulta cotidiana en la actualidad.